Brechas tempranas que persisten en ciencia y tecnología
Las estadísticas muestran que las mujeres representamos nada más que el 28,2 % de la fuerza laboral global en STEM y apenas el 31,7 % del personal de investigación registrado por UNESCO en 2021.
Estas cifras muestran que el problema no se reduce a la elección de carrera universitaria. Hay deserción en cada tramo del recorrido educativo y profesional. Un punto crítico se ubica en la primaria, etapa en la que se forman percepciones sobre “quién” pertenece al mundo de la ciencia y la tecnología.
Qué aprendimos de un ensayo controlado en primaria
Un estudio reciente en 116 escuelas inglesas evaluó durante 12 semanas la metodología pair programming
con 785 niñas de 8 a 10 años. El experimento midió actitudes hacia la computación e intención de estudiarla más adelante. Los resultados cuantitativos no mostraron cambios estadísticamente significativos, aunque las observaciones y entrevistas revelaron que la colaboración estructurada aumentó la confianza y el disfrute de las alumnas. Este hallazgo importa porque confirma que la autoeficacia se construye en interacción y que las dinámicas de aula influyen en la permanencia de las chicas en áreas técnicas.
Cuatro líneas de acción para ciencia y tecnología
- Diseñar experiencias de trabajo en dupla o equipo
Los entornos de investigación y desarrollo suelen basarse en proyectos colectivos, pero la asignación de tareas todavía puede reforzar jerarquías. Instituir prácticas similares al pair programming, por ejemplo, programar entre amig@s
en equipos de software o coautorías rotativas en laboratorios, ayuda a distribuir voz y responsabilidad técnica. El estudio de primaria muestra que la estructura importa: roles claros, rotación periódica y docentes (o líderes de proyecto) con formación para gestionar la interacción.
- Desactivar normas culturales que excluyen
Si el liderazgo científico y tecnológico continúa asociado a estereotipos masculinos, las mujeres perciben (percibimos) menos espacio para proyectarnos en la carrera. Políticas de visibilidad, tales como seminarios internos liderados por investigadoras, difusión de trayectorias femeninas de prestigio, criterios de selección que premian una variedad de estilos de dirección, contribuyen a reformular el imaginario profesional. Cambiar la narrativa institucional es tan relevante como ofrecer becas o capacitaciones.
- Crear redes profesionales con propósito
Las mujeres describen mayores obstáculos para acceder a circuitos de mentoría y esponsoreo en empresas tecnológicas. Instituir programas de mentoría cruzada, comunidades técnicas mixtas y espacios de intercambio que no dependan de afinidades informales (por ejemplo, deportes o hobbies con sesgo de género) permite nivelar oportunidades de aprendizaje y ascenso.
- Medir con rigor y actuar con consecuencia
Los tableros de seguimiento de brechas salariales, promociones y participación en proyectos de I+D tienen que estar integrados a la gestión del desempeño. Sin objetivos numéricos, plazos y responsables se corre el riesgo de intenciones vacías. El paso siguiente es asignar recursos y ajustar procesos de selección y evaluación según los resultados.
Por qué importa
Las evidencias acumuladas indican que la equidad no se logra únicamente con más interés
de las niñas. Hace falta intervenir en la organización del trabajo y en las culturas profesionales que hoy siguen inclinando la cancha. El ensayo sobre pair programming aporta un dato muy relevante: cuando la colaboración se estructura, las niñas participan con confianza. Replicar esa lógica en laboratorios, startups y centros de innovación es una oportunidad concreta para transformar el futuro del sector.
Reutilización
Cómo citar
@online{sustentable2025,
author = {Sustentable, Áurea},
title = {Equidad en ciencia y tecnología: aprendizajes desde la
infancia},
date = {2025-06-26},
url = {https://aureasustentable.netlify.app/posts/confianza/},
langid = {es}
}